La vía de trabajo es la toma de conciencia de nuestro cuerpo, pero también de nuestros estados emocionales, de nuestra vida psíquica que, irremediablemente, influye en nuestro tono. Por lo tanto, la Eutonía permite mejorar el conocimiento de uno mismo y desarrollar la presencia en el “aquí y ahora”, por lo que puede considerarse una práctica de desarrollo personal.
Cuando desarrollamos un curso de Eutonía, una persona diplomada en esta disciplina nos enseña a tomar conciencia de nuestro cuerpo (la piel, los músculos, los huesos, el espacio interno, etc.)y de los movimientos que realizamos. También de nuestro cuerpo en relación al espacio, los objetos y las otras personas. Todo ello a través de la práctica de sus principios: toques, contactos, estiramientos, transporte, pasividad, conciencia de los huesos, etc… realizados de una manera armoniosa y pausada. Una vez integrados, estarán presentes en lo que hacemos, en nuestros movimientos y nuestras posturas.
Gran parte del trabajo se realiza en el suelo (tumbados o sentados) pero también hay propuestas que se realizan de pie y en movimiento. Se combina el trabajo individual con el de parejas o tríos.
Los cursos de las diferentes asociaciones que integran la Federación Internacional de Eutonía ofrecen a cualquier persona la posibilidad de incrementar su bienestar, no solo corporal, sino global, y, a aquellas personas con interés en profundizar en esta práctica, la posibilidad de acceder a cursos específicos para formarse, a su vez, como futuros formadores.