La Eutonía fue creada por Gerda Alexander (1908-1994), una profesora alemana que durante décadas desarrolló un método que buscaba, de una manera consciente, la adaptación del tono muscular a las situaciones que cada persona encuentra en su vida: movimientos o posturas recurrentes a causa de un trabajo, determinadas disciplinas artísticas asociadas a una gran disponibilidad corporal o incluso enfermedades y dolencias…
Se trata de adaptar nuestro tono muscular a cada actividad para lograr el “tono justo”, económico. La palabra Eutonía significa, precisamente, “buen tono”, “tono armonioso”.
Cada persona es un mundo y la vida es algo en movimiento y que genera una dinámica constante de acción-reacción que hace que búsquedas como la de Gerda Alexander en realidad sean un camino de evolución personal. Y esa evolución hacia un buen tono muscular, o, mejor dicho, hacia un tono muscular armonioso, es lo que se consolidó en 1959 en la disciplina que hoy conocemos como EUTONÍA.
La Eutonía es una práctica que tiene como objetivo el movimiento fluido, armónico, realizado con el mínimo de esfuerzo. Para ello es necesario, en primer lugar, reconocer las tensiones innecesarias (contracturas, acortamientos musculares) y aprender a soltarlas progresivamente.
¿Para quién es y para qué sirve la Eutonía?
Podemos decir que la Eutonía es para todo el mundo. Cualquiera, a partir de una edad en la que es posible tomar conciencia del cuerpo y el espacio y concentrarse en determinadas acciones, puede practicar Eutonía si desea mejorar su bienestar.
Se recomienda especialmente a artistas de disciplinas como la música, la danza o las artes escénicas, que requieren, por una parte, de una gran expresividad corporal y, por otra, de un bienestar muscular que les ayude a sobrellevar las horas de ensayos y esfuerzos físicos. Por la misma razón será especialmente beneficiosa para aquellas personas que desarrollan en su día a día posturas o movimientos recurrentes que terminan por generar una sensación de malestar corporal, cuando hay lesiones, así como para aquellas personas que, de manera profesional o aficionada, practican algún deporte.
Es idónea también para personas que padecen dolencias o discapacidades que afectan a su tonicidad y elasticidad muscular y, del mismo modo, recomendable para las personas y profesionales que se ocupan de mejorar este aspecto (como fisioterapeutas y otros profesionales de la salud), ya que podrán incorporar las técnicas eutónicas a las terapias habituales, así como mejorar el propio tono para un mejor contacto y comunicación con las personas tratadas.